viernes, 8 de julio de 2011

Seis Sombreros para Pensar - Edward Bono

Edward De Bono (Malta, 19 de mayo de 1933) es un prolífico escritor, psicólogo por la Universidad de Oxford, entrenador e instructor en el tema del pensamiento, reconocido como autoridad mundial en el tema de pensamiento conceptual, desenreda el proceso de pensamiento, separando los elementos como emociones, información, lógica, esperanza y creatividad. De esta forma, elimina la confusión - principal dificultad a la hora de pensar.

 Cada sombrero representa uno de los elementos del pensamiento:

 - Blanco: neutro y objetivo, basado en hechos y números
 - Rojo: la visión emocional
 - Negro: cuidado y precaución
 - Amarillo: optimismo, pensamiento positivo
 - Verde: crecimiento fértil, creatividad y nuevas ideas
 - Azul: calma, organización

 Los consejos y estudios de casos pueden ser usados para crear un clima de pensamiento más claro, mejorar la comunicación y mejorar la creatividad en cualquier empresa.

Cómo pensamos

El ser humanos lucha constantemente por ordenar sus ideas y pensamientos en forma clara. Pero existen dos grandes inconvenientes con la forma tradicional de hacerlo.
  
Los sombreros

El método de los “seis sombreros para pensar” nos permite enfocarnos en un sólo proceso mental a la vez. Los sombreros son herramientas de visualización que se pueden emplear para identificar cada una de las funciones del cerebro.
  
El sombrero blanco

El blanco, la falta de color, indica una estructura neutral de la mente. El sombrero de pensar blanco está basado en hechos y números. Está diseñado para ser práctico. Funciona en forma similar a las computadoras, arroja sólo hechos, no opiniones.

 Para evitar saturarse -por la enorme cantidad de hechos que se pueden manejar, limítese a pedir sólo la información que realmente necesita, solicite hechos específicos.

 Recuerde que los hechos deben ser tratados en dos niveles: hechos que se creen son ciertos y aquellos que son verificables.

El sombrero rojo

Este sombrero es el opuesto al blanco. Rojo es el color del amor, la rabia y los sentimientos. El sombrero rojo reconoce que nuestros sentimientos forman parte integral de nuestro proceso de pensamiento.

El sombrero negro

El sombrero negro indica cuidado y precaución. Es en líneas generales el más usado. Con este sombrero, uno puede identificar las dificultades potenciales y evitarlas a tiempo.

El sombrero amarillo

El color amarillo, simboliza el sol y el resplandor; indicando optimismo. El sombrero amarillo provee el contrapeso al sombrero negro, permitiendo realizar una evaluación positiva de su plan o idea.

El sombrero verde

Póngase el sombrero verde cuando quiera pensar de manera creativa. El verde es el color de la fertilidad y del crecimiento. Cuando uno habla con este sombrero puesto, surgen las alternativas y soluciones posibles para los problemas o conflictos anticipados por el sombrero negro.

El sombrero azul

Este sombrero, frío y azul como el cielo, indica autoridad. Proporciona un rol permanente para el líder del grupo. Con este sombrero, usted es el facilitador; el responsable de definir el objetivo, establecer el enfoque y asegurarse que las reglas se han cumplidas.

Cartas de Amor Traicionado - Isabel Allende

Este es un breve resumen de la escritora chilena Isabel Allende, algunos datos fueron cambiados, pero la trama sigue siendo la misma. La historia comienza con Analía Torres quién quedó huérfana al morir su madre en un accidente automovilístico y su padre con tanta tristeza se ahorco para terminar su dolor. Su tío Eugenio pasó a ser su tutor y administrador de las tierras que había heredado. Analía ingresó a muy temprana edad al Colegio de las Hermanas del Sagrado Corazón. Ahí recibía de cuando en cuando, breves notas de parte de su tío sin embargo, en el fondo sospechaba qué éste quería tener sus tierras. 

Al cumplir 16 años, Analía conoció a su tío Eugenio quien la visitó por primera vez. El encuentro fue áspero pues la joven irritaba al tío con extrañas provocaciones, una de ellas fue que quería casarse. Al platicar el tío con la madre superiora, le reclamó que nunca le mandó regalos en Navidad y jamás preguntó por ella.

Al poco tiempo, el tío regresó al convento para anunciarle a la madre que ahora será su hijo Luis quien se escribirá con su sobrina. Analía comenzó a recibir cartas de su primo, al principio no las abría pensando que era otra maña del tío. Pero poco después, las leyó y eventualmente, una vez reconocida en él, las respondió. Analía se grabó la caligrafía y buen gusto de su primo, empezó a sentir emociones ajenas hasta ese entonces, que intentó reprimir imaginando que su primo era en extremo desagradable. No funcionó y en poco tiempo, se escribían usando un sistema de códigos que ocultaba un amor latente y confeso. Así lleno un sombrero con todas las cartas que recibió.

El día que Analía conoció en persona a Luis se decepcionó pues no era lo que pensaba, más bien era guapo y atractivo. El cortejo fue breve y la boda próxima. Analía continuó desencantándose de su príncipe azul y se convenció de que ella misma se enamoró de una ilusión. Al año nació su hijo, los esposos eran tan ajenos para entonces que sólo el niño notaba el tamaño de sus frustraciones. Llegado el momento de inscribirlo en la escuela, Analía se impuso sobre Luis para inscribirlo en una escuela, ya que él lo quería internar al igual que hicieron con ella. Justo comenzaba el niño a traer buenas calificaciones cuando un accidente cobró la vida de Luis Torres, esto se debió a que el amor que sentía por Analía no era correspondido, entre sus decepciones se fue al pueblo para tomar unos cuantos tragos, borracho camino por el puente que da al pueblo, perdió el equilibrio y se ahogo en el río. Analía había encontrado algo extraño en una nota de pésame del maestro de su hijo cuando ocurrió la desgracia. Sin embargo, suspiro por el alivio de significarse viuda y tomó entonces las riendas de su vida. 

Agradeció a su tío Eugenio tantos años de dedicarse a sus tierras pero ahora le resultaba prescindible, cambió de personal y una vez que pusiera al día los documentos del negocio fue con rumbo a la escuela de su hijo. Le pidió que le enseñara a su maestro y llegó presentándose. El maestro agradeció los dulces que anteriormente había mandado pero Analía lo sorprendió con un sombrero lleno de cartas. El maestro desconcertado le preguntó cómo lo pudo haber averiguado. Ella reconoció la misma caligrafía de las cartas en las notas escritas a su hijo. Él no la quiso engañar, fue un favor que le hizo a su amigo Luis Torres, que en paz descanse, y nada pudo hacer cuando empezó a tener respuestas. El perdón dependerá de usted le dice Analía al maestro.

lunes, 4 de julio de 2011

Horacio Quiroga "La Gallina Degollada"

Horacio Quiroga es un escritor que ha cautivado con sus relatos. El siguiente cuento a presentar es parte de su libro "Cuentos de Amor, de Locura y de Muerte". Un libro lleno de pasajes hacia el análisis, la desesperación, el infortunio, la venganza, y un sin fin de valores que se retratan en sus escritos. Como es el ejemplo de La Gallina Degollada.

La Historia se centra un matrimonio joven que vivía feliz en el campo, Mazzini y Berta, quienes con amor deseaban tender un hijo al final solo tuvieron 4 hijos que a los pocos meses de nacer quedaban tontos y sin recordar nada. La pareja inundada por la decepción, la humillación y el fracaso, se culpaban por enfermedades pasadas las cuales habían provocado ese estado en el que se encontraban sus hijos. 

Algunos años después hubo un "milagro", nació una niña sana, sin ningún problema, la cual apreciaron mucho y reconfortó el matrimonio. Para festejar a la niña por la salud que tenía le pidieron a la sirvienta que preparara un pollo sin embargo, cuando degollaba a la gallina no se percato de que los hijos tontos habían visto todo no obstante el acto que presenciaron quedo en sus mentes sobre todo el color rojo.

Ese mismo día Mazzini y Berta con su hija Bertita, salen a visitar a sus vecinos de enfrente, en un  momento de distracción la niña se regresa a la casa y trata de pasar un cerco de ladrillos que se encontraba en el patio, se atraviesa en la mirada de sus hermanos, ellos al verla no apartaban los ojos de su hermana, mientras la creciente sensación de gula bestial iba cambiando cada línea de sus rostros. Lentamente avanzaron hacia el cerco.

Esto concluye con un final aterrador donde Mazzini al ver que su hija no estaba y no respondía a sus gritos regresa a la casa, cuando pasa por la cocina solo ve un charco de sangre en el piso, lo cual no era posible puesto que ya habían limpiado después de degollar a la gallina en la mañana.